Dónde comer en el Valle de Chistau

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Nos encanta la comida del Pirineo. Un buen asador, una borda con comida casera o un restaurante en el que saborear la pura esencia de las montañas. Será que somos muy de nuestra tierra, y que es escuchar ‘Pirineo’ y se nos iluminan los ojos. Así que hemos recopilado algunos lugares donde comer en el Valle de Chistau, para que todos los que tengáis la oportunidad de pasar unos días entre ríos y montes, podáis también disfrutar de la buena gastronomía de la zona.

El Valle de Chistau es quizá uno de los más ‘puros’ del Pirineo aragonés. Y con puro nos referimos a menos transitado, más virgen y, para nosotros, con toda la esencia del lugar. Solo hace falta ver esos túneles tan poco perfectos o esas carreteras llenas de socavones, que en realidad nos encantan. Pero todo esto ya os lo contamos en el post sobre qué hacer un fin de semana en el Valle de Chistau. Así que vamos a lo que vamos, ¡a comer!

Aunque cuando vamos al Pirineo nos encanta coger el bocata, la mochila, y desgastar los pies caminando en rutas por el monte, como por ejemplo esta que os relatamos hasta el Ibón de Millás, también nos queda tiempo para probar algunos de los mejores restaurantes de la zona. Ahí van los que más nos han gustado.

Buenos sitios donde comer en el Valle de Chistau

La Capilleta

qué comer en el valle de chistau

El restaurante La Capilleta es, sin duda, una visita obligada donde comer en el Valle de Chistau. Lo hemos descubierto hace bien poquito, y el resultado no ha podido ser más positivo. Ya habíamos oído hablar de este sitio, pero probar sus platos nos llevó a otro planeta.

Destacar, que bien lo merece, el excelente trato del camarero que nos atendió, que a pesar de tener que haberse quedado unas horillas de más por un percance que sufrió su compañero, nos recibió con la mejor de sus sonrisas, nos alojó en una terraza cubierta al pedírselo aunque estaba cerrada, y no notamos en absoluto el cansancio que seguro que acumulaba. Chapó.

Pero lo mejor de todo llegó con los platos que pudimos cenar. Pedimos un entrante de foie micuit con manzana caramelizada y Pedro Ximenez, con tostaditas ‘de cristal’ y un par de confituras/mermeladas. Una parecía de arándanos y, la otra, de color amarillento, quizás era de albaricoque, aunque no podría asegurarlo a ciencia cierta. De cualquier forma, estaba buenísimo.

La cosa mejoraba por momentos cuando pudimos probar el ceviche de salmón con leche de tigre y sorbete de apio y lima. Qué sabor, una delicia. ¡No podía parar de mojar pan en ese caldito que formaba la leche de tigre con el resto de ingredientes!

Y, por último, pedimos tartar de buey picado a mano y huevo de corral. Matizar, por si alguien no lo sabe, que el tartar es carne cruda (quizás alguien es un poco aprensivo). Estaba, una vez más, delicioso, con un toque picante.

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El broche de oro lo puso, cómo no, el postre. Una tabla de quesos km.0 con nueces, que maridamos con un vino Gewustraminer de la Bodega Otto Bestué.

Y el precio nos pareció muy correcto para la calidad de los platos. Unos 20 euros por persona, teniendo en cuenta que habíamos tomado dos cañas para cenar y un vino para maridar el postre. 100% recomendable este sitio para comer en el Valle de Chistau, nosotros seguro que volvemos. ¡Por cierto! Este sitio está en Plan.

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Casa Petris

Pasamos de un extremo a otro. De los platos trabajados, bien presentados, y con la cantidad justa (que no poca ni insuficiente) a la abundancia y el producto tal cual, sin apenas elaboración. Pero no por ello menos rico.

Se podría decir que este restaurante, ubicado en Gistaín, es otro de los lugares donde comer en el Valle de Chistau que deberías probar si quieres experimentar la pura esencia de la cocina del Pirineo. Y sí, experimentar, porque lo que nosotros vivimos fue toda una experiencia.

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Al entrar, el dueño del local nos preguntó directamente si nos gustaban los caracoles (no nos apasionan demasiado, y así se lo hicimos saber). La siguiente pregunta fue si nos gustaba el embutido, y ante nuestra respuesta afirmativa, en menos de dos minutos teníamos en el plato un plato a rebosar de embutido. No, no lo habíamos pedido. Ni eso, ni nada de lo que comimos después. No hay carta, ni precios por ninguna parte.

El hombre nos avisó al entrar: “Aquí se viene a comer y no a hacer tonterías”. Y vaya si lo cumplió. Ese plato de embutido incluía varios tipos de salchichón, chorizo, queso y una especia de butifarra que nos explicó que salía de la lengua de la vaca (el sabor, aunque pueda parecer lo contrario, estaba riquísimo). Tras él, una ensalada que no habíamos elegido, después un revuelto de morcilla (de sabor muy agradable, pero al que le sobraba algo de aceite) y un buen plato de cordero de la zona a la brasa con patata y verduras asadas.

Solo pensábamos en cómo íbamos a comernos todo eso, mientras bebíamos del porrón de vino tinto que nos ofreció también al comenzar la comida.

De postre nos dio varias opciones (casi lo agradecimos después de tener una comida a menú cerrado, aunque también nos encantó ese ‘rollito’ de pueblo de ‘esto es lo que servimos, y todos los productos son de aquí). Pedimos yogur (muy bueno, con opción de endulzarlo con miel en vez de con azúcar) y cuajada, que en este caso nos pareció más floja.

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Total, 40€ de comida que nos sirvió de comida, cena y desayuno del día siguiente, porque acabamos tan llenos que no volvimos a probar bocado hasta unas 18-20 horas después.

Hotel Mediodía

Una de nuestras estancias en el Valle de Chistau fue en el Hotel Mediodía, en Plan. Teníamos uno de esos cofres de ‘Wonderbox’ que a nosotros nos encanta que nos regalen, y lo gastamos allí. Nos incluía la cena, y la verdad que quedamos encantados. Buena cocina, a caballo entre el mimo de La Capilleta y la pureza de Casa Petri.

Ensaladas, carnes y pescados con acompañamientos varios que cumplen las expectativas. Y aunque nosotros no pagamos, el menú tenía un precio inferior a 20€, si no recuerdo mal.

Casa Anita

En este caso, no hemos tenido la oportunidad de probar este restaurante, pero lo incluimos porque hemos leído muy buenas críticas de él y nos han hablado muy bien de este sitio. Está ubicado en San Juan de Plan, y por lo que parece, la comida es también de la zona, el servicio es bueno y el resultado de los platos, muy destacable. Si lo probáis no dudéis en compartir la experiencia con nosotros.

Hasta aquí la lista de restaurantes donde comer en el Valle de Chistau. ¡No os perdáis el sabor del Pirineo a través de su gastronomía!

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